Durante los meses de calor podemos degustar las variedades de melones más dulces y jugosas, aunque en invierno también están presentes en los mercados. Puedes comprarlo entero o por mitades, a medida de lo que necesites. Si lo adquieres entero, guárdalo en la nevera un par de horas antes de consumirlo; el melón frío resulta hidratante y muy refrescante. Si está abierto, déjalo en el frigorífico envuelto en film. El 80% de esta fruta es agua y sólo aporta 15 calorías por cada 100 g, con una moderada proporción de azúcares. Es rico en provitamina A y vitamina C, y una buena fuente de minerales, como potasio y calcio.
El Melón estará en su punto
Si al presionar el melón con suavidad el extremo opuesto al tallo, cede ligeramente. Al tacto, debe estar duro y la piel, libre de manchas. Para saber si está demasiado maduro, sacúdelo: si se oye líquido en su interior, es probable que haya empezado a deteriorarse.
Trucos de Cocina del Melón
Si tiene poco sabor córtalo en cuadraditos y déjalos macerar un rato en una mezcla de vino dulce y unas cucharadas de azúcar.
Tritúralo con zumo de limón, licor de frutas, brandy o vino, y sírvelo como bebida refrescante.
Para los más atrevidos: espolvoréalo con un poco de pimienta negra y sírvelo como guarnición de carnes y aves asadas o foie
El Melón con Jamón
Es una combinación de sabores deliciosa, hasta el punto de que se ha convertido en todo un clásico. Hay varias opciones, todas exquisitas. La tradicional loncha de jamón serrano dispuesta sobre una rodaja de melón; una ensalada verde con daditos de ambos; una refrescante sopa espolvoreada con unas tintas de jamón.
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