La grasa otorga untuosidad a la comida, permite que se "coma más fácil", que se deslice por el paladar y estimule al mismo tiempo el apetito.
Los postres que tienen una textura cremosa suelen contener crema de leche, manteca o quesos grasos, como el Mascarpone. Pero es posible preparar postres con menos cantidad de grasa, colesterol y calorías si se reemplazan esos alimentos por otros más saludables.
Los yogures descremados son excelentes sustitutos de las grasas y, mezclados con los quesos blancos magros, dan consistencia a los postres, constituyendo la base de muchos de ellos.
Para reducir el valor calórico, sin resignar sabor, lo ideal es que una parte del postre esté integrado por frutas, que darán volumen sin engordar, le aportará fibra, vitaminas y minerales.
Las preparaciones se espesarán con pequeñas cantidades de huevo, harinas finas o gelatinas, que disimularán la reducción de grasas.
Estos postres pueden endulzarse con mínimas cantidades de azúcar, permitiendo disfrutar del delicado sabor de las frutas y sus jugos y acostumbrando el paladar a sabores más suaves. La ralladura de cítricos, las esencias, canela, anís, cardamomo son ideales para dar más aroma y sabor a sus postres.
Coma porciones chicas y disfrute junto a su familia de dulces ricos y sanos.
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